La titularidad clave 4 del IRPF hace referencia a la situación en la que un contribuyente es considerado como titular de determinados rendimientos de capital. Esto significa que dicha persona es el propietario legal o registral de los activos que generan esos rendimientos, ya sea por ser el dueño de una empresa o por tener inversiones en diferentes instrumentos financieros.
Es importante destacar que no siempre la titularidad legal coincide con la titularidad fiscal, ya que en algunos casos, una persona puede ser considerada como titular de unos rendimientos de capital, pero no tener la obligación de declararlos en su IRPF si no superan cierto límite establecido por la ley.