reparaciones y conservación
Entre los gastos que se pueden incluir en esta categoría se encuentran las reparaciones de elementos estructurales, como por ejemplo la reparación de techos, paredes o suelos. También se pueden deducir los gastos de conservación de instalaciones y equipamientos, como la reparación de la calefacción o la sustitución de electrodomésticos.
Es importante mencionar que estos gastos deben estar debidamente justificados con facturas o recibos, ya que en caso de ser revisada la declaración de la renta, la Agencia Tributaria puede requerir esta documentación. También es necesario tener en cuenta que estos gastos solo pueden ser deducidos en el año en que se han pagado, por lo que es necesario tener un registro y control adecuado de ellos. En definitiva, las «reparaciones y conservación» son una forma de incentivar la inversión en el mantenimiento y mejora de las propiedades, favoreciendo así el correcto funcionamiento y la sostenibilidad de las mismas.