Renuncia a la Modalidad Simplificada
Sin embargo, la renuncia a la Modalidad Simplificada implica que el contribuyente deberá tributar por el régimen general de determinación de rendimientos, es decir, deberá llevar una contabilidad completa y justificar todos los gastos efectuados para poder deducirlos en su declaración de IRPF. Además, se aplicarán las retenciones correspondientes sobre las facturas emitidas y recibidas.
Es importante tener en cuenta que la renuncia a la Modalidad Simplificada debe hacerse de forma expresa en la declaración de IRPF, y que una vez tomada esta decisión, el contribuyente deberá tributar en el régimen general durante al menos tres años consecutivos. Por ello, es necesario asesorarse adecuadamente y valorar todas las implicaciones antes de tomar esta decisión.