poner la cruz en la casilla de la iglesia
El origen de esta opción se remonta a la época franquista, cuando se estableció el denominado «impuesto de culto y clero», que obligaba a todos los contribuyentes a destinar un porcentaje de su declaración de la renta a la Iglesia Católica. Con la llegada de la democracia, esta obligatoriedad desapareció, pero se mantuvo la posibilidad de destinar parte de los impuestos a la iglesia de forma voluntaria.
Por otro lado, están aquellos que defienden que la Iglesia Católica realiza una labor social importante en nuestro país, a través de sus programas de apoyo a los más necesitados, y que es justo que quienes así lo deseen puedan destinar parte de sus impuestos a esta institución. Además, argumentan que es una forma de valorar el papel histórico y cultural que ha tenido la Iglesia Católica en España.