Perdidas Patrimoniales no Derivadas de la Transmisión de Elementos Patrimoniales
En general, para que se consideren pérdidas patrimoniales no derivadas de la transmisión de elementos patrimoniales, es necesario que haya una disminución en el valor de un bien que sea claramente demostrable y que no haya habido ninguna transacción que pueda justificarla, como una venta o un intercambio. Además, estas pérdidas solo pueden ser deducibles en la declaración del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF) en determinadas situaciones específicas y bajo ciertas condiciones establecidas por la ley.