El pago fraccionado del IRPF es una herramienta que utilizan los contribuyentes en España para ir adelantando parte de su impuesto sobre la renta y evitar un mayor impacto en la declaración de la renta del año siguiente. Este pago se realiza en tres plazos a lo largo del año y el segundo plazo se debe abonar antes del 20 de julio de cada ejercicio fiscal.
El pago fraccionado se calcula aplicando una serie de porcentajes a los ingresos obtenidos en el periodo correspondiente y restando las deducciones y reducciones aplicables. El importe resultante es lo que se debe abonar al Tesoro Público antes de la fecha límite establecida.