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El IRPF, o Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas, es un gravamen que se aplica sobre los ingresos percibidos por las personas físicas en España. Uno de los aspectos que se incluyen en el cálculo de este impuesto es la titularidad de una vivienda.
En primer lugar, es importante destacar que para que una vivienda sea considerada como residencia habitual a efectos fiscales, el contribuyente debe haber residido en ella durante al menos 183 días en un año natural, o tener la intención de residir en ella de manera habitual y permanente.
Además, en el caso de los contribuyentes que tengan una vivienda en propiedad y no la utilicen como residencia habitual, también podrán aplicar una deducción por alquiler de vivienda habitual, siempre y cuando cumplan con los requisitos establecidos por la ley. Esta deducción se aplicará sobre el 10,05% de las cantidades abonadas en concepto de alquiler, con un límite máximo de 9.040 euros anuales.