Irigoyen
Sin embargo, su mayor contribución en este ámbito se dio en su papel como director general de Tributos del Gobierno vasco durante la década de 1990. En ese momento, lideró la implementación de diversas reformas fiscales en la comunidad autónoma, entre las que destacan la creación del Impuesto sobre Patrimonio y la Ley del Impuesto sobre Sociedades de Euskadi.