Cuando hablamos de devengar las rentas, nos referimos al momento en que una persona o empresa adquiere el derecho a recibir un ingreso económico. Es decir, es el momento en que se produce el hecho económico que genera la obligación de pagar impuestos sobre esa renta. En el caso del IRPF (Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas), este impuesto se rige por el principio de devengo, lo que significa que se deben declarar y pagar impuestos sobre las rentas obtenidas en un periodo de tiempo determinado, independientemente de si se han recibido o no de forma efectiva.
Es importante tener en cuenta que, en algunos casos, puede haber situaciones en las que no se cumpla con el principio de devengo y se deban declarar rentas que en realidad no se han obtenido de manera efectiva. Por ejemplo, en el caso de alquileres, si un inquilino deja de pagar durante un periodo determinado, el propietario deberá declarar igualmente ese ingreso, ya que se considera que ha devengado ese derecho de cobro.