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Como norma general, la vivienda habitual se considera aquella en la que el contribuyente vive durante al menos 183 días al año. Sin embargo, existen ciertas excepciones como, por ejemplo, cuando el contribuyente tenga más de una vivienda y tenga que desplazarse por motivos laborales.
Cabe destacar que, para poder deducir estos gastos, es necesario cumplir una serie de requisitos y límites establecidos por la ley, para evitar posibles fraudes fiscales. Además, es importante tener en cuenta que la deducción por vivienda habitual solo se aplica en la declaración de la renta, y no tiene efecto directo en el cálculo de retenciones mensuales del IRPF.