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La caducidad de la renta se refiere al plazo de tiempo en el que el contribuyente puede realizar una declaración complementaria o de rectificación en su declaración de IRPF. Esto significa que, pasado cierto tiempo, el contribuyente ya no puede modificar su declaración y deberá conformarse con la que presentó en su momento.
Sin embargo, existen excepciones a esta regla. En caso de que la declaración contenga errores, omisiones o inexactitudes que supongan un perjuicio para la Hacienda Pública, el plazo de caducidad se ampliará a 10 años. Esto significa que el contribuyente podrá realizar una declaración complementaria o de rectificación en un plazo máximo de 10 años desde la finalización del plazo para presentar la declaración.