La Amortización Acelerada de Activos es una medida de incentivo fiscal puesta en marcha por el gobierno español en 2012 con el objetivo de estimular la inversión empresarial y fomentar el crecimiento económico. Consiste en una aceleración en la depreciación o amortización de ciertos bienes y activos utilizados en la actividad empresarial, lo que permite una reducción en el pago del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF).
Además, esta medida incluyó una amortización acelerada del 50% para los activos utilizados en actividades de investigación y desarrollo, con el objetivo de promover la innovación y el desarrollo tecnológico en las empresas españolas. Esta deducción se aplicaba sobre el valor de las inversiones realizadas en el año en curso y en los dos años siguientes.