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La titularidad de una vivienda es uno de los aspectos fundamentales que se deben tener en cuenta en la declaración del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF) en España. La titularidad de una vivienda se refiere a quién ostenta la propiedad o el derecho a utilizar y disfruta del inmueble, ya sea como propietario, usufructuario o arrendatario.

En el caso de una vivienda en propiedad, el contribuyente deberá declarar los rendimientos obtenidos por el arrendamiento de la misma, si fuera el caso. Además, en la declaración de la renta se puede aplicar una deducción por inversión en vivienda habitual, siempre y cuando se cumplan ciertos requisitos como que la vivienda sea la residencia habitual del contribuyente y que se haya adquirido con anterioridad al 1 de enero de 2013.

En resumen, la titularidad de una vivienda puede tener implicaciones en la liquidación del IRPF en la medida en que puede afectar a la obtención de rentas (en caso de alquiler) y a la posibilidad de aplicar ciertas deducciones o reducciones fiscales. Por ello, es importante tener en cuenta la titularidad de la vivienda en la declaración de la renta para garantizar una correcta tributación.

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