Deducción por Arrendamiento vivienda habitual.
Para poder aplicar esta deducción, es necesario que el contribuyente cumpla con una serie de requisitos. En primer lugar, es imprescindible que la vivienda arrendada sea el domicilio habitual y permanente del contribuyente durante al menos seis meses del año. Además, el alquiler debe estar formalizado en un contrato y el contribuyente debe ser el titular del mismo.
En resumen, la deducción por arrendamiento de vivienda habitual es un beneficio fiscal que puede suponer un ahorro en la declaración del IRPF para aquellos contribuyentes que cumplan con los requisitos establecidos. Debido a que su aplicación varía según la Comunidad Autónoma, es importante consultar con un experto en impuestos para conocer en detalle las condiciones específicas de cada región.