Uno de los principales obstáculos que enfrenta el sistema del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF) en España es la complejidad. La legislación fiscal y la normativa relacionada con este impuesto son extensas y en constante evolución, lo cual dificulta su compresión y aplicación por parte de los contribuyentes. Además, la existencia de numerosas deducciones y exenciones fiscales, así como la posibilidad de optar por diferentes regímenes de tributación, hace que la elaboración de la declaración de la renta sea un proceso complejo y confuso para muchas personas.
Además, la falta de recursos y personal en la Administración Tributaria para realizar un adecuado control y supervisión de las declaraciones de los contribuyentes también puede ser considerado un obstáculo. Esto deja margen para la evasión y el fraude fiscal, lo cual afecta negativamente a la recaudación y perjudica a aquellos ciudadanos que cumplen con sus obligaciones tributarias de manera correcta.