vete a la mierda
Sin embargo, esta frase no tiene un peso legal o fiscal real y su uso en este contexto suele ser más una forma de expresar descontento que una crítica con fundamentos sólidos. Aunque es importante señalar que, como ciudadanos, tenemos la obligación de cumplir con nuestras obligaciones fiscales y contribuir al sostenimiento de los gastos públicos, que incluyen servicios básicos como salud, educación y seguridad.