La justificación de dificultades económicas con la Hacienda es un procedimiento que permite a los contribuyentes acreditar una situación financiera difícil que les impida pagar sus impuestos en plazo o en su totalidad. Este mecanismo se contempla en el artículo 65 de la Ley General Tributaria, y puede ser utilizado en distintas situaciones, como por ejemplo cuando una empresa atraviesa una crisis económica que le impide cumplir con sus obligaciones tributarias o cuando un contribuyente se ve afectado por una situación personal que le impide hacer frente a sus impuestos.
En caso de que la Hacienda acepte la justificación de dificultades económicas, se podrá establecer un aplazamiento de hasta 36 meses para el pago de la deuda tributaria, con sus correspondientes intereses de demora. Es importante tener en cuenta que este procedimiento no exonera al contribuyente del pago de sus impuestos, sino que simplemente permite un aplazamiento temporal para solventar su situación económica.