65 Años
Otro aspecto importante es la exención de la pensión de jubilación en el IRPF. Desde los 65 años, las personas que reciben una pensión de jubilación no están obligadas a incluirla en su declaración de la renta, siempre y cuando no tengan otros rendimientos que superen los 12.000 euros anuales. En caso de superar esta cantidad, se debe incluir la pensión en la declaración y pagar los impuestos correspondientes.
En resumen, a partir de los 65 años de edad, los contribuyentes en España pueden disfrutar de una serie de medidas y beneficios fiscales que buscan reconocer su contribución laboral, proteger sus ingresos y facilitarles una situación fiscal más favorable en esta etapa de su vida.